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Claudia Moure- Estudiantes de psicología 

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¿Alguna vez has ido al psicólogo?

Sí, pero no todas las veces que lo he necesitado. Me costó mucho dar ese paso, a pesar de estudiar Psicología. No es algo que sea fácil hacer y mucho menos en solitario. A veces no somos conscientes de la situación que estamos pasando y mucho menos el cambio en nuestro comportamiento, por ello, el apoyo social o familiar es de gran ayuda para dar este paso.

 

¿Has recurrido a profesionales en tema de salud mental a causa de la pandemia?

No, al haber ido anteriormente a terapia, tenía los recursos suficientes como para no necesitar apoyo psicológico.

 

¿Le das importancia a la salud mental?

Sí. Cabe destacar que no es algo a lo que se pueda dar o no importancia ya que, cuando hablamos de salud, todo es importante.

 

¿Qué crees que es más importante la salud mental, la salud física o ambas?

Ninguna es más importante que la otra, son complementarias y se retroalimentan. Es decir, si nos encontramos mal físicamente, posiblemente nuestro humor, comportamiento y sentimiento cambien; y cuando no estamos pasando por un buen momento (en cuanto a salud mental) esto repercute directamente en la salud física (tenemos somatizaciones como por ejemplo dolores de tripa, de cabeza, no tener ganas de hacer nada, insomnio, etc.). Por ello, es muy importante cuidar nuestra salud mental al igual que hacemos con nuestra salud física. 

 

Según lo que has estudiado ¿Crees que se debería dar más importancia a la psicología, especialmente en la situación actual?

Si bien es cierto que actualmente la psicología está siendo más reconocida, aún hay mucho estigma acerca de la salud mental. Asimismo, se ha visto que, durante la pandemia, muchas personas han padecido de algún tipo de trastorno mental, como pueden ser el trastorno depresivo o el trastorno de ansiedad generalizada (o, en su defecto, indicios de los mismos, como pueden ser tristeza sin causa aparente, ataques de pánico, nerviosismo, apatía, insomnio, somatizaciones, etc.). Muchas de estas personas no pueden recurrir a instituciones privadas para obtener apoyo psicológico, por lo que intentan recurrir a la Seguridad Social. En el ámbito público existen muy pocos profesionales de este ámbito, 1 psicologo/a por centro para ser exactos. Por ello, las citas son demasiado espaciadas en el tiempo, sin obtener buenos resultados. Dada la situación actual, creo conveniente que se le de más importancia de la que tiene, ya que la mente es una parte fundamental de nosotros. 

 

¿Has notado un cambio en tus compañeros/profesores tras la cuarentena, en tema de salud mental o a la hora de impartir la docencia?

No, el único cambio que he visto es que ahora el tema a tratar siempre es la Covid-19, por lo que no dan espacio a la evasión del mismo.

 

¿En ti misma has notado algún cambio, en la forma de pensar, sentimientos…?

Realmente sigo siendo la misma persona, pero con actitudes diferentes frente a los demás, si bien es cierto que ahora tengo más presente la conciencia social y lo importante que es cuidar de los demás, no solo de los que tenemos a nuestro alrededor.

 

¿Crees que a partir de esta situación se va a valorar más la salud mental?

Eso espero. Este puede ser el primer paso para una nueva sociedad.

 

¿Has recomendado a algún conocido o familiar ir al psicólogo?

Siempre lo recomiendo, es más, hay personas de mi círculo cercano que han acudido a terapia después de habérselo recomendado. No obstante, creo que todos deberíamos acudir a terapia, es de gran ayuda. Siempre que un problema nos incapacite en algún aspecto de nuestra vida, hay que acudir a un profesional.

¿Cómo te ha afectado psicológicamente el confinamiento?

En un principio me afectó de manera significativa. Soy una persona muy nerviosa y que siempre necesita estar haciendo cosas, por lo que nos tuviéramos que encerrar en casa de un día para otro lo llevé bastante mal al principio. Tuve varios cambios de humor repentinos, tan pronto estaba normal, como me ponía a llorar y no tenía ganas de nada. Cuando las semanas fueron pasando y viendo que la situación y los contagios solo iban en aumento, traté de reflexionar y auto convencerme de que era algo pasajero, con ánimo de calmarme y llevar la situación lo mejor posible para mi salud. Asimismo, traté de estar siempre realizando algún tipo de actividad, para mantener la mente ocupada. Una vez que comenzó la desescalada tuve un inicio del llamado "síndrome de la cabaña". Se trata de un sentimiento de miedo y no tener ganas de salir de casa, por lo que ocurre una evitación. Sin embargo, traté de forzarme a salir.

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